jueves, 28 de mayo de 2015






















El arte, la creatividad, el mundo interior de cada uno, o como sea que le queramos llamar, se puede expresar a través de montones de formas y maneras. Quint Buchholz tiene la suya, la ilustración. Y me encanta.

Yo me he nutrido de él a la hora de escribir en más de una ocasión, esas veces en las que una se encierra en la habitación, coloca el portátil sobre las rodillas, los dedos sobre el teclado tal y como le enseño su profesora de mecanografía, y ahí termina todo por un buen la rato. Los dedos no teclean nada, al menos nada con demasiado sentido, la mente divaga entre si seguir en esa postura o pasarse a la mesa, o quizás si cambiar el color de las paredes, ahora que llega el buen tiempo.

Buchholz me ayudó, me inspiró historias, las historias que yo creía que podían esconderse tras sus dibujos. Por ello y por su relación con los libros, me apetecía compartirlo con todos vosotros.

¡Buena escritura!

Ana

No hay comentarios:

Publicar un comentario